Un tequila para el trago amargo

Milenio

Sección. Negocios

Autor. Hugo González

Columana. Tecnoempresa

Página 30

12 de mayo de 2017

Un tequila para el trago amargo

Mi pasión y mi especialidad son las tecnologías de la información y comunicación; sin embargo, a lo largo de ocho años de ser responsable de temas de negocios y finanzas, me hice de muchos amigos chismosos ( MACH ) que me advierten de temas con interés periodístico, como el que se está gestando en el Consejo Regulador del Tequila ( CRT ).

Este organismo, que preside Miguel Ángel Domínguez y dirige Ramón González Figueroa, pondrá a prueba la fraternidad del gremio, pues hay quienes ya se cansaron de cómo funciona el CRT, pues aunque en su nombre se define como un ente regulador, en su apellido lo hace como una asociación civil, lo que confunde hasta a las mismas autoridades estatales y federales. No digo que esté mal, pero es claro que el CRT se ha fortalecido debido a los distintos convenios que ha firmado con autoridades federales, quienes fungen como su guarro o cachiporra para ejercer total control sobre la industria.

Así lo podemos ver con el convenio con el Servicio de Administración Tributaria ( SAT de Osvaldo Santín, en materia fiscal, y con la Procuraduría Federal del Consumidor ( Profeco de Rafael Ochoa, en cuanto a calidad y autenticidad del producto denominado tequila. Incluso hay quienes piensan que promover la calidad, la cultura y el prestigio de la bebida nacional se ha convertido en un negocio

redondo para el CRT. Es que por un lado agrupa a las tequileras mediante el pago de una cuota anual, pero, por otro, estas mismas empresas le pagan para que les aplique exámenes y pruebas que verifiquen que cumplen con la NOM y reciban una certificación, además de otorgarle acceso pleno a sus libros y registros. Además del negocio de verificación y certificación, el CRT capta grandes ganancias a través de negocios alternos relacionados con esta industria como La Ruta del Tequila y el Distintivo T, los cuales le dejan millones de pesos en ganancias. No sé de parte de quien, pero mis amigos chismosos me dicen que en el gremio van a necesitar varios pomos de tequila para pasar el trago amargo de la insidia.